Durante décadas, la distribución tradicional del dormitorio ha sido una disposición perfectamente simétrica: dos mesitas de noche idénticas a ambos lados de la cama, con lámparas a juego colocadas cuidadosamente encima. Si bien la simetría resulta visualmente relajante, no siempre es la mejor opción para los hogares actuales ni para tu estilo de vida. De hecho, prescindir de las mesitas de noche iguales puede aportar flexibilidad, personalidad y funcionalidad a tu dormitorio.
La vida real no siempre es simétrica.
Los dormitorios son espacios habitables, no escaparates. Un miembro de la pareja puede necesitar más espacio para guardar libros, vasos o cargadores, mientras que el otro prefiere una superficie minimalista con solo una lámpara. A menudo se asume que las mesitas de noche iguales tienen las mismas necesidades, lo cual rara vez ocurre en la vida real. Elegir estilos o tamaños diferentes permite que cada lado de la cama se adapte a la persona que más lo usa.
Los espacios pequeños se benefician de la variedad.
En dormitorios pequeños, las mesitas de noche iguales pueden sobrecargar el espacio. En su lugar, prueba a combinar una mesita de noche grande con una alternativa más pequeña: una estantería flotante, un taburete con almacenaje o incluso una consola estrecha. Esto hará que la habitación parezca más espaciosa y, al mismo tiempo, mantendrá el equilibrio alrededor de la cama.
La asimetría crea interés visual
La simetría puede ser relajante, pero la asimetría suele ser más dinámica. Combinar diferentes acabados, texturas o formas le da personalidad a tu espacio. Una mesita de noche de madera junto a una mesa auxiliar de metal, por ejemplo, añade profundidad y evita que la habitación se vea plana o predecible.
Puedes contar una historia a través del diseño
Combinar mesitas de noche te permite reflejar tu estilo personal. Quizás una sea una pieza vintage y la otra, una opción moderna y elegante. Juntas, cuentan una historia con múltiples capas sobre tus gustos y estilo de vida. Este enfoque de diseño también te da la libertad de cambiar una mesita con el tiempo sin tener que redecorar toda la habitación.

La iluminación tampoco tiene por qué coincidir.
Si tus mesitas de noche no combinan, tus lámparas tampoco tienen por qué hacerlo. Prueba a combinar una lámpara de mesa en un lado con un aplique o una lámpara colgante en el otro. Esta flexibilidad te permite personalizar la iluminación según tus hábitos nocturnos, ya sea para leer, trabajar o simplemente relajarte.
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